Guía de Oración Mensual
![]()
|
¡Gracias por su compañerismo en oración pidiendo al Señor un despertamiento espiritual en el condado de Johnson y sus alrededores! Esta petición de nuestro corazón es una obra que sólo el Padre puede cumplir, y por lo tanto, nuestro principal y más grande recurso es la oración.
La oración es un asunto de prioridad. Existen muchas cosas que podemos hacer, y de hecho debemos hacer, pero la oración debe guiar el camino. En la oración nosotros reconocemos nuestra total dependencia de Dios, reconocemos nuestra sumisión a seguir sus propósitos en nuestra labor, y nos ayuda a discernir su perspectiva en la misión delante de nosotros.
La oración es poderosa y efectiva. Es poderosa porque Dios obra en respuesta a nuestra oración. Es efectiva porque es DIOS MISMO quién esta obrando.
No existen barreras que Dios no pueda cruzar ni comunidades tan endurecidas a las cuáles Él no pueda traer transformación radical. Ningún vecino o vecindario queda más allá de su alcance.
A medida que oramos, Dios trabaja. Cuando oramos, Su Espíritu mueve los corazones de las personas y los comienza a atraer hacia Sí mismo. Cuando oramos, ¡fortalezas inamovibles por medios humanos comienzan a ceder y caer bajo el peso de Su poderosa mano!
¿Por qué debemos orar? Porque Dios nos ha mandado orar. ¡Oramos porque es la principal y más grande cosa que podemos hacer!
Queridos amigos, oremos, porque ciertamente ¡Dios obrará para su gloria y, por lo tanto, para nuestro bien!
La oración es un asunto de prioridad. Existen muchas cosas que podemos hacer, y de hecho debemos hacer, pero la oración debe guiar el camino. En la oración nosotros reconocemos nuestra total dependencia de Dios, reconocemos nuestra sumisión a seguir sus propósitos en nuestra labor, y nos ayuda a discernir su perspectiva en la misión delante de nosotros.
La oración es poderosa y efectiva. Es poderosa porque Dios obra en respuesta a nuestra oración. Es efectiva porque es DIOS MISMO quién esta obrando.
No existen barreras que Dios no pueda cruzar ni comunidades tan endurecidas a las cuáles Él no pueda traer transformación radical. Ningún vecino o vecindario queda más allá de su alcance.
A medida que oramos, Dios trabaja. Cuando oramos, Su Espíritu mueve los corazones de las personas y los comienza a atraer hacia Sí mismo. Cuando oramos, ¡fortalezas inamovibles por medios humanos comienzan a ceder y caer bajo el peso de Su poderosa mano!
¿Por qué debemos orar? Porque Dios nos ha mandado orar. ¡Oramos porque es la principal y más grande cosa que podemos hacer!
Queridos amigos, oremos, porque ciertamente ¡Dios obrará para su gloria y, por lo tanto, para nuestro bien!